La nuda propiedad y el pleno dominio son dos términos de titularidad de un bien que se diferencian por los derechos que otorgan al propietario.
En este artículo vamos a explicar qué significa cada una de ellas y cuál debemos elegir con Rentarfy.
¡Quédate que te lo contamos!
¿Qué es el pleno dominio?
El pleno dominio es la titularidad completa de un bien, lo que significa que el propietario tiene todos los derechos sobre él: usar, disfrutar, disponer y venderlo libremente. Combina dos elementos fundamentales:
- Nuda propiedad: La titularidad legal del bien.
- Usufructo: El derecho de uso y disfrute del bien.
Cuando una persona tiene el pleno dominio, no hay ninguna limitación en su capacidad de aprovechar el bien en todos sus aspectos.
¿Qué es la nuda propiedad?
La nuda propiedad es la titularidad de un bien que no incluye el derecho a usarlo ni disfrutarlo, ya que esos derechos están cedidos a otra persona, llamada usufructuario. El propietario tiene la propiedad legal, pero no puede ocupar el bien ni aprovechar sus beneficios económicos (como alquilarlo).
El titular de la nuda propiedad recupera el pleno dominio del bien cuando se extingue el usufructo, lo que ocurre normalmente al fallecimiento del usufructuario o al cumplirse un plazo establecido. Es una forma de titularidad común en operaciones inmobiliarias o de planificación patrimonial.
Diferencias entre Pleno Dominio y Nuda Propiedad
A continuación, reflejamos las principales diferencias entre Pleno Dominio y Nuda Propiedad;
Derechos de uso
En el pleno dominio, el propietario tiene el derecho absoluto a usar y disfrutar del bien, además de disponer de él libremente (vender, alquilar, modificar, etc.).
Por otro lado, en la nuda propiedad el propietario no puede usar ni disfrutar del bien, ya que estos derechos corresponden al usufructuario mientras dure el usufructo.
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Figura del usufructo: ¿Qué es y qué cambia?
El usufructo es el derecho a usar y disfrutar un bien que pertenece a otra persona (el nudo propietario), pero sin alterar su esencia. El usufructuario puede vivir en la vivienda o alquilarla y quedarse con las rentas.
- Con pleno dominio: El usufructo no existe, ya que el propietario tiene ambos derechos.
- Con nuda propiedad: El usufructuario está separado del propietario y tiene prioridad en el uso y disfrute del bien.
Fallecimiento
En el pleno dominio no hay implicaciones adicionales; el propietario sigue siendo el dueño absoluto. Por otra parte, en la nuda propiedad: Cuando fallece el usufructuario, el nudo propietario adquiere el pleno dominio automáticamente y puede usar, disfrutar y disponer del bien.
Implicaciones legales y financieras
Pleno dominio:
- El propietario tiene control absoluto para vender o hipotecar el bien.
- Más fácil de gestionar legalmente, ya que no hay derechos compartidos.
- El valor de la propiedad en el mercado es completo.
Nuda propiedad:
- El nudo propietario no puede usar el bien ni venderlo sin el consentimiento del usufructuario.
- El valor de la nuda propiedad es inferior al de una propiedad con pleno dominio, ya que está limitada por el usufructo.
Gastos de la vivienda
- Pleno dominio: El propietario asume todos los gastos de mantenimiento, impuestos (IBI), seguros y reparaciones.
- Nuda propiedad: Los gastos se dividen:
- Usufructuario: Paga los gastos ordinarios (mantenimiento, comunidad, suministros, etc.).
- Nudo propietario: Asume los gastos extraordinarios (grandes reparaciones estructurales o de valor añadido).
Ventajas de la Nuda propiedad respecto al pleno dominio
La nuda propiedad ofrece ventajas frente al pleno dominio, especialmente en términos de inversión y planificación patrimonial.
Su adquisición tiene un coste reducido, ya que el usufructuario conserva el derecho de uso, y permite al nudo propietario evitar gastos ordinarios como mantenimiento o suministros.
Además, su valor se revaloriza con el tiempo, y al extinguirse el usufructo se obtiene el pleno dominio sin costes adicionales.
También ofrece beneficios fiscales, al ser gravada de forma más favorable, y es útil para organizar herencias, permitiendo transferir la propiedad mientras se conserva el uso.
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